La planificación de la compra de alimentos contribuye a evitar gastos innecesarios. Es por ello que, al hacer las compras se debe:
Calcular los gastos más importantes del hogar (comida, vivienda, transporte, educación, etc.), para luego distribuir el presupuesto familiar.
Conocer qué comidas se van a preparar y el número de personas que comerán.
Calcular la compra para varios días.
Hacer una lista de lo que se necesita.
Aprovechar las ofertas.
Comprar productos naturales y disminuir la compra de productos enlatados ya que algunas veces resultan más costosos.
Comprar las frutas, verduras y hortalizas de la época, ya que son más frescas y económicas.
Evitar comprar alimentos ennegrecidos, aporreados y con malos olores, enlatados abombados y con otras señales de deterioro.
Leer las etiquetas de los productos y verificar el valor nutricional, fecha de elaboración y fecha de vencimiento.
Comprar alimentos a menor precio, no quiere decir que la calidad sea menor.
¡ No se deje llevar por las propagandas, compre lo que realmente necesita !
Además debes tomar en cuenta a la hora de seleccionar tus alimentos que:
Para escoger bien sus alimentos, utilice sus sentidos. Observe, huela, toque y si puede, pruebe los alimentos antes de comprarlos.
Cuando compre granos, verifique que no estén picados, quebrados o que tengan señas de insectos.
Trate de comprar huevos que no estén sucios ni quebrados.
No compre pecado con olor fuerte, ojos opacos y hundidos, y con la carne blanda y/o babosa.
Todos los tipos de carnes (res, pollo, pescado) tienen un valor nutritivo similar, por eso conviene seleccionar los de menor precio.
Los cereales, granos, tubérculos y plátanos proporcionan nutrientes a bajo costo.
La combinación de granos (Ej.: caraotas) y cereales (Ej. arroz) cubre parte de las necesidades de energía y nutrientes de la familia.
Seleccione alimentos enriquecidos como la harina de maíz y las pastas.
Organice con su familia, amigos o vecinos compras al mayor, que resultan menos costosas.