Según la Organización Mundial de la Salud, la diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando la producción de insulina del páncreas es insuficiente o no la produce, o cuando el organismo no la utiliza eficazmente. La insulina es una hormona, cuya función es regular el azúcar en la sangre.
Dicha elevación puede ocasionar que, a mediano o largo plazo, se dañen gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos.
Se pueden distinguir tres diferentes tipos de diabetes:
Diabetes de tipo 1: conocida también como insulinodependiente, juvenil o de inicio en la infancia, la cual se caracteriza por requerir la administración diaria de esta hormona, ya que el organismo no produce suficiente cantidad. Aún hoy en día se desconoce su causa y no puede prevenirse.
Sus síntomas principales son la necesidad de orinar con frecuencia, sed excesiva, hambre constante, pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio.
Diabetes de tipo 2: también llamada no insulinodependiente o de inicio en la edad adulta, se presenta cuando no se utiliza eficazmente la insulina o no se produce lo suficiente. Sus causas fundamentales son el exceso de peso y la inactividad física. Representa 90% de los casos mundiales, y ha empezado a manifestarse en niños.
Sus síntomas son muy parecidos a los de la diabetes de tipo 1, pero se presentan con menor intensidad. Esto conlleva a que se diagnostique de manera tardía, cuando ya han aparecido complicaciones.
Diabetes gestacional: es una elevación de los niveles de azúcar en la sangre que aparece o se detecta por vez primera durante el embarazo. Los síntomas son similares a los de la diabetes tipo 2 y se suele diagnosticar mediante las pruebas prenatales, dado que las pacientes por lo general no manifiestan síntomas.
La clave para mantener los niveles deseados de azúcar en la sangre es seguir un plan que incluya comer alimentos saludables, hacer 60 minutos de actividad física con regularidad y tomar las medicinas si las necesita. Los profesionales de la salud deberán diseñar un plan de alimentación que se adapte a sus necesidades y rutina diaria.
La actividad física es fundamental para mantenerse sano y controlar el azúcar en la sangre. Lo ideal es que hable con su médico para que éste determine los tipos de ejercicios más adecuados según su caso.
Si va a iniciar su rutina, tome en cuenta lo siguiente:
Los zapatos deben calzarle bien y las medias deben estar limpias y secas. Al finalizar el ejercicio, evalúe sus pies en busca de zonas enrojecidas o llagas. Llame al médico si tiene llagas que no sanan.
Inicie con actividades de calentamiento y estiramientos durante cinco a 10 minutos.
Finalice la rutina con actividades de enfriamiento.
Consulte a su médico para saber si puede hacer ejercicio cuando tenga un nivel alto de azúcar en la sangre, y pregúntele si debe comer una merienda antes de hacer ejercicio.
Es muy importante que conozca los signos que se presentan cuando hay un nivel bajo de azúcar en la sangre, y que siempre lleve consigo algo de comer para tratar la hipoglucemia.
Planificando la alimentación
El especialista en nutrición deberá hacerle un plan de alimentación que se ajuste a sus buenos hábitos alimentarios de acuerdo a lo que come normalmente, sus actividades diarias y las medicinas que toma para la diabetes. Para cuidarse y controlar la enfermedad es importante aprender qué, cuánto y cuándo comer.
Sus aliados en este caso suelen ser el pan, arepa y cereales integrales (arroz, afrecho, avena); consuma granos (caraotas, lentejas, frijoles) al menos dos veces por semana; leche, yogur y quesos descremados y, en general, los alimentos bajos en grasa.
La recomendación es disfrutar de los vegetales crudos o cocidos, sin agregar salsas ni aderezos. En su lugar, emplee un poco de vinagre o jugo de limón.
Procure cocinar los vegetales en agua o en un caldo bajo en grasa, puede añadirle un poco de cebolla picada o de ajo.
Las frutas puede consumirlas crudas, cocidas o en forma de jugo sin azúcar. Lo mejor es preferir la fruta entera como la lechosa, melón, pera, durazno, guayaba, mango pequeño de hilacha y cambur, preferiblemente por la mañana. Éstas contienen fibra natural que ayuda en la digestión retardando la absorción de azúcares y grasas.
Cuando coma carne, seleccione porciones que tengan muy poca grasa o quíteles el exceso. En el caso del pollo y pavo, elimine la piel. Trate de comer carne de ave y pescado con mayor regularidad y las carnes rojas solo una vez por semana. Recuerde prepararlas a la plancha, a la parrilla, asada, horneada, al vapor o guisada.
Seleccione productos lácteos descremados y evite los alimentos fritos, los platos a base de mayonesa, margarinas, mantequilla y crema de leche.
Siempre sazone con hierbas y especias, y prefiera los aceites vegetales como el de maíz, oliva, soya y girasol, entre otros.
Algunas recomendaciones
El tamaño de las porciones de cada comida deberá establecerlo su nutricionista, de acuerdo a sus requerimientos específicos.
Por otra parte, las medicinas para la diabetes es importante tomarlas según el horario recomendado por su médico. En consecuencia, es necesario planificar junto a los especialistas un horario fijo para realizar las comidas, meriendas y actividad física.
Recuerde: una alimentación saludable para un diabético incluye de todos los alimentos, pero consumidos con moderación.
Adicionalmente:
Coma en cantidades pequeñas durante el día
Vigile cuándo y cuánta cantidad de carbohidratos consume
Mantenga una dieta variada, en la cual se incluyan alimentos integrales, frutas y vegetales.
Coma pocas grasas
Use menos sal
Cuando compre un alimento light, revise la etiqueta para ver cuántos gramos de carbohidratos contienen. Estos productos suelen tener azúcar agregada.
¿Quiere prevenir la diabetes?
Alcance y mantenga un peso corporal saludable.
Realice al menos 30 minutos de actividad regular de intensidad moderada, la mayoría de los días de la semana.
Consuma una dieta saludable que incluya entre tres y cinco raciones diarias de frutas y hortalizas.
Evite el consumo de tabaco y alcohol, ya que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares
Sabía que...
En el mundo hay más de 347 millones de personas con diabetes.
La OMS prevé que las muertes por diabetes se multipliquen por dos entre 2005 y 2030.
Con el tiempo, la diabetes no controlada puede dañar el corazón, los vasos sanguíneos, ojos, riñones y nervios.